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diferencias entre adiestrar y educar
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¿Cuáles son las diferencias entre adiestrar y educar?

Por Rocío R. Gavira Periodista

Actualizado el

Hay una serie de diferencias entre adiestrar y educar a un perro. Hay quien piensa erróneamente que ambos conceptos son idénticos. Pero no...

Para educar a tu perro tendrás que armarte de paciencia y tiempo. Los perros son seres muy inteligentes y educarlos puede ser una tarea sencilla siempre que cuentes con buenos consejos.

Ser constantes, fijar las reglas desde el principio, usar el refuerzo positivo y sobre todo, divertiros juntos son clave para obtener los mejores resultados.

Pero antes que nada, ¿cuáles son las diferencias entre adiestrar y educar a un perro?

Diferencias entre adiestrar y educar

En los últimos tiempos se ha pretendido diferenciar o crear dos corrientes para saber cómo educar a tu perro.

En vídeo:
  1. Adiestramiento. 
  2. Educación canina. 

Debido a las malas prácticas de algunas personas, la palabra adiestrar se ha usado de forma despectiva e incluso ha quedado ligada con esa mala forma de tratar a un perro para educarlo.

Pero, ¿son diferentes estos términos?

Según la RAE (Real Academia Española), adiestrar es “hacer diestro, enseñar, instruir”; o en su segunda acepción “amaestrar, domar a un animal”, definiciones que no ayudan demasiado a desvincularla de esa percepción negativa.

Bajo el punto de vista del educador canino Sergio Tallón, de Senda Canina, querer hacer diferencias entre adiestrar y educar “es algo comercial. Ambos conceptos van de la mano y son dos términos que sirven para lo mismo”.

Puestos a distinguir, continúa, “adiestrar será enseñarle al perro comportamiento y educar pasaría por pautas o técnicas para conseguir que el perro tenga una vida adecuada, para mejorar la vida del perro”.

enseñar a un perro a andar con correa
Enseñar a un perro a no tirar de la correa mejorará su estilo de vida.© Jaromir Chalabala / Shutterstock

¿Cuál es la diferencia entre un educador canino y un adiestrador?

En la práctica, la diferencia entre un educador canino y un adiestrador de perros puede variar según el contexto y la terminología utilizada en según la región o los enfoques de entrenamiento.

Sin embargo, en general, se suelen entender de la siguiente manera:

  • Un educador canino se enfoca en proporcionar conocimientos y técnicas para mejorar la relación entre el propietario y el perro.
  • Un adiestrador de perros se enfoca en enseñar habilidades específicas a los perros, como obediencia básica, habilidades de trabajo o deportivas.

Es decir, que mientras que un educador canino se enfoca en educar a los propietarios sobre el comportamiento canino y resolver problemas de comportamiento, un adiestrador de perros se centra en entrenar al perro para realizar habilidades específicas según las necesidades del propietario.

Sin embargo, como ya se explicó más arriba, en la práctica los términos suelen superponerse y a menudo se utilizan indistintamente, pues no necesariamente se hacen diferencias entre adiestrar y educar.

Lo importante es encontrar un profesional que esté calificado, tenga experiencia y utilice métodos de entrenamiento éticos y efectivos.

Claves para educar o adiestrar a un perro

1. Refuerzo en positivo

Incluso si en algún momento has leído algo sobre cómo educar un perro, te habrás encontrado con esa dicotomía de adiestrar y educar. 

“Antes el concepto de adiestrar tenía una mala acepción, estaba asociado a la fuerza del perro o a su agresividad, al refuerzo negativo y el castigo. Ahora hemos avanzado y se utilizan otro tipo de técnicas”, asegura Tallón.

De hecho considera que “todo se puede entender mejor simplificando las variables que están detrás de un comportamiento y utilizando el refuerzo en positivo”.

2. Lo conflictos más habituales que surgen entre perro y dueño

Sergio Tallón lleva unos cuantos años de experiencia a sus espaldas.

Los motivos más habituales por los que acuden a él son: que el perro tira de la correa, por lo que los primeros paseos son una odisea; que el perro no responde a la llamada y quieres que obedezca; que tu perro no se puede quedar solo en casa.

El primero de ellos, por ejemplo, “mezcla los dos conceptos de adiestrar y educar. Por un lado, queremos enseñarle al perro un comportamiento: el no tirar de la correa; y por el otro, es algo que beneficiará a su estilo de vida y al de su dueño”.

Por eso defiende que, en la mayoría de los casos, querer distanciar un término del otro no tiene sentido.

3. Los casos más graves

Igual que ha tratado estos casos más comunes o leves, también ha tenido que educar perros con graves problemas. 

“Recuerdo un perro de gran tamaño que había marcado al niño de la familia varias veces. Otro ejemplo, cruce de mastín con labrador, que se tiraba a morder todo por la calle. También tuve como cinco casos muy seguidos de agresividad en pastores alemanes, principalmente por haber mordido a otras personas ya fueran conocidas o no”.

Pero para el de Senda Canina uno de los peores asuntos que ha tenido que tratar hasta la fecha fue un perro que “no se podía quedar solo en casa. La situación le provocaba tal ansiedad que se lamía tanto hasta llegar un punto que tuvieron que amputarle varios dedos del daño que se provocaba”.

perro aprendiendo la orden de sentarse
Una persona enseña a su perro a atender a la orden de sentarse. © Soloviova Liudmyla / Shutterstock

4. De la paciencia a la diversión

Lo fundamental para educar a tu perro va desde la paciencia y el tiempo hasta divertirte con él en ese proceso.

Es decir, como en cualquier proceso de educación humana, tendrás que dedicarle tiempo a tu perro para enseñarle a sentarse, algo sencillo, o que no tire de la correa, algo más complicado.

La constancia es esencial: lo mejor es realizar sesiones de entrenamiento de forma frecuente para que tu perro interiorice las órdenes.

De la misma forma, es importante fijar las reglas desde el principio y no marear a tu perro cambiándolas.

Así como usar el refuerzo positivo: los perros son muy avispados y si recibe felicitaciones y premios (¡benditas chuches para perro!), aprenderá mucho más rápido.

Y por ponerle la guinda al pastel, diviértete con tu perro durante esos ejercicios.

Si el animal detecta aburrimiento, adoptará la misma actitud. Por ello es importante practicar juegos con tu perro que, además de tener su mente activa, reforzarán vuestro vínculo.

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