“Me di cuenta de que había un tipo en medio de la carretera con un perro. Estaba asido con un collar y ambos cruzaban la calle. Pero no era un lugar normal para pasear con un perro”, explicó el conductor del autobús, Mike Thomas.
Más desconcertante era ver que el hombre iba vestido con un pijama. “La situación era completamente anormal así que detuve el bus”, recuerda el protagonista de la historia. Fue entonces cuando les invitó a ambos a subir (a pesar de que los perros estaban prohibidos).
No sabía su nombre
Una vez en el interior del autobús el hombre comenzó una discusión con un pasajero. Mike le preguntó al tipo el nombre del perro, de raza labrador retriever, varias veces y este le ofreció varios nombres diferentes. Sin lugar a dudas, había robado al animal.
Cuando llegaron a la estación el conductor le informó que el perro se quedaría con él para que pudiera devolvérselo a sus dueños o, al menos, intentar localizarles a través del chip. Para evitar conflictos el presunto ladrón aceptó.
La familia, reunida
En cuanto a Cooper (el nombre que había inscrito en su collar), este fue entregado a la policía. Su familia humana estaba de viaje cuando fue robado de la casa en la que estaba. Horas después el perro pudo reunirse con los suyos. Agradecidos por la acción de Mike, la familia de Cooper le regaló una foto de este con una nota en la que se leía: “Gracias por traerme a casa con mi familia”.