Ruth Rickard, directora adjunta de Gables Farm Dogs and Cats Home, un refugio de Reino Unido, iba saliendo del trabajo hace algunos años cuando encontró una transportadora en la puerta.
En el interior, se encontraba un pequeño gato. Naturalmente, el minino estaba asustado e incómodo dentro de la caja, donde no había nada para cubrir sus necesidades básicas.
"Cuando lo encontré, estaba asustadísimo, con mucho frío y muy delgado", declaró Ruth para The Dodo.
Una nota inquietante
Al mirar la caja más de cerca, Ruth se dio cuenta de que había una nota explicando las causas de este abandono. En la nota decía que el propietario de la gata lo había intentado antes de tomar la decisión.
La gata fue llevada de inmediato al refugio para hacerle un chequeo. La llamaron Dusty, y a juzgar por su apariencia, resultaba evidente que llevaba muchos meses sin comer adecuadamente.
Tras unos días en el refugio, Ruth se dio cuenta, además, de que la razón del abandono ni siquiera era cierta.
Y es que en el refugio, Dusty comía bien, hacía sus necesidades en el arenero y las heces tenían una consistencia aceptable. Nada de diarrea ni de problemas digestivos crónicos.
Un nuevo comienzo
Aun así, se le realizaron varios análisis del aparato digestivo para descartar cualquier problema y poder darla en adopción responsable.
"Lo más triste es que si nos hubiera pedido ayuda, habríamos hecho todo para ayudar a este pobre gato, porque siempre encontramos un hueco para casos desesperados. La pobre Dusty nunca debería haberse enfrentado a ese peligro. Si se hubiera salido del transportín… esta calle es muy transitada…".
La pequeña Dusty estuvo a salvo con el equipo, pero situaciones como esta siguen siendo lamentablemente vigentes, tanto en Reino Unido como en nuestro país.
Afortunadamente, la minina fue adoptada un año después y rebautizada como Pumpkin por su nueva familia, que definía así sus primeros días con la peluda:
"Ahora se ha apoderado de la casa en el buen sentido de la palabra. Sus dos lugares de descanso favoritos son el sofá y acurrucarse con mi hijo en la cama. Está loca. Tiene un gran corazón y le encanta que le hagan la fiesta".
¡Te lo mereces, campeona!