Gracie llegó a la vida de Brianna cuando sus dos gatitas tuvieron bebés con tan solo seis días de diferencia.
Pasada apenas una semana, las dos mamás felinas empezaron a compartir la cesta y Brianna les ayudó a poner juntos a todos los bebés, para que se ayudaran mutuamente con el trabajo de crianza, ya que confiaban plenamente la una en la otra.
Debe de ser por la fiebre...
Sin embargo, y a pesar de tener dos mamás y una humana constantemente pendiente de los gatitos, a Gracie, la más pequeña y menos activa de los bebés, pronto comenzó a caérsele el pelo de la cabeza.
La veterinaria dijo que probablemente se debía a la fiebre, pero aunque Brianna siguió todas las recomendaciones, a Gracie siguió cayéndosele el pelo.
Finalmente, Gracie se quedó completamente sin pelo durante aproximadamente una semana. Pasado este tiempo, el pelo empezó a crecerle otra vez, poco a poco. Esta vez, el pelo era de color blanco y negro, manchadito.
¿Gatito u hombre lobo?
No fue hasta que Gracie tenía cumplió los tres meses cuando Brianna supo que su apariencia única se debía a una mutación genética, muy rara en gatos domésticos.
Un gato lobo o Lykoi es un gatito con aspecto de hombre lobo, con el pelo manchado y ralo. Algunas zonas del cuerpo, como los ojos, el mentón, la nariz, el hocico y atrás de las orejas, están completamente desprovistas de pelo.
Hoy, Gracie ya es una gata adulta, está sana y es muy cariñosa. Brianna ama a todos sus chiquitines, pero Gracie es definitivamente su mayor sorpresa.