Fue en febrero de 2019 cuando Tao, de raza golden retriever, mostró los primeros síntomas de su enfermedad. Según cuenta Melanie Jackson, su tutora, el perrito les hizo saber su malestar una noche por medio de aullidos y al día siguiente el diagnóstico fue oficial: Tao tenía un glaucoma.
Un futuro poco alentador
Tao salió de la operación con un solo ojo, que tristemente también iba perdiendo la vista. Fue entonces cuando sus dueños decidieron tomar cartas sobre el asunto: entrenarían a Tao para que, cuando se quedara completamente ciego, pudiera ser un perrito funcional y llevar una vida lo más normal posible.
Después de meses de entrenamiento, a principios de 2020 Tao perdió completamente la vista. Los comandos y trucos que le habían enseñado dieron sus frutos, hasta tal punto que Tao puede salir a caminar y al parque sin problema alguno.
Alguien llega a casa
Con sus ojitos cerrados y su singular historia, Tao se volvió toda una celebridad en Instagram, sobre todo cuando sus padres humanos revelaron una sorpresa: ¡Tao tenía un nuevo amigo!
Oko es un cachorrito golden retriever que llegó a la vida de Tao para hacerlo aún más feliz y que, por lo que se puede ver en las fotos, ¡son inseparables!
Esperemos que juntos hayan encontrado una buena manera de trabajar en equipo. ¡A eso se le llama amistad!