Pasan los años y este perro no deja de esperar a su humano en el panteón
La fidelidad de los perros va más allá de muerte. Foto:
La historia de Hachi, el perro japonés que esperaba su dueño en la estación del tren, es quizá la historia más famosa de un perro que es fiel a su dueño, aunque este ya no esté con vida. Sin embargo, en México también tenemos historias similares.
Por
Publicado el 30/07/20 18:30, Actualizado el 08/02/21 8:13
Cuando su dueño falleció en 2016, la vida de Oso cambio drásticamente; si bien seguía con su familia, el miembro más importante en la vida de este perro se había ido. ¿Qué hacer? La respuesta fue sencilla: visitarlo en su nuevo hogar, el panteón.
Toda una vida juntos
Desde cachorro Oso llegó a la familia de Luis Carrillo López, un perrito felizmente adoptado hasta que cinco años después, en 2016, la edad venció a Luis y falleció.
El perro golondrino empezó a frecuentar el panteón, para ser más exacto la tumba de su dueño. Cada vez pasaba más tiempo ahí hasta que el camposanto se convirtió en su nuevo hogar.
Poco a poco fue ganándose el cariño del personal, durmiendo primero en la tumba de su dueño y luego buscando nuevos espacios dentro del panteón (incluso haciendo amigos como el perrito Pata, que también tiene ahí enterrado a su humano).
Ambos caninos no solo viven en el panteón, sino que acompañan a los cuidadores y personal en los recorridos diurnos o nocturnos, protegiéndolos de cualquiera, vivo o muerto, que quiera hacerles daño.
