Gatito callejero da un terrible maullido en la puerta: tiene una razón importante para hacerlo
Por
Publicado el 09/07/20 10:37, Actualizado el 08/02/21 8:13
Idea Floreak vive Nueva Orleans con un gato. Cuando las rutinas de todos empezaron a cambiar debido a la contingencia sanitaria, un gato negro decidió empezar a aparecerse en su jardín.
El minino era desconfiado, pero no dudaba en comer del plato de croquetas que Ida dejaba a diario para él.
A pesar de la hospitalidad de su amigable anfitriona, el gato seguía sin otorgarle su confianza y no permitía que se le acercara. También se negaba a entrar al departamento.
Todos estos gestos no evitaron que Ida se encariñara con él y lo bautizara con el nombre de Salami.
¿Demasiadas croquetas para Salami?
Pasado tiempo, Ida comenzó a notar que Salami se estaba poniendo gordito. A estas alturas, el minino ya se dejaba tocar, así que Ida pudo hacer un chequeo rápido que confirmó sus sospechas: Salami era una chica... ¡y estaba embarazada!
Ida trató de atraerla hacia su casa para poder atraparla y llevarla al veterinario, pero la inteligente minina no cayó en la trampa. Se negaba rotundamente a convertirse en una gatita de casa.
Maullidos desesperados
Unas semanas más tarde, Salami se apareció en la puerta a una hora inusual y se puso a maullar con desesperación.
Cuando la dejaron entrar y tras haberse familiarizado un poco con el espacio, se puso cómoda y parió dos adorables gatitos.
A Ida le sorprendió que fueran únicamente dos pequeños, pero unas horas más tarde ¡otros dos se animaron a venir al mundo!
Salami decidió instalarse en la casa de Ida y fue así como la señora Floreak se vio de un día para otro con cinco mininos a su cargo: Salami y sus cuatro chiquitos.
Buscando familias
La afortunada Ida pudo así disfrutar de sus nuevos mininos gracias a la cuarentena y cuando llegó el momento, también pudo darse el tiempo de encontrar familias responsables y amorosas para cada uno de los cuatro pequeños.
Salami, por supuesto, se queda con ella.