Giras hacia la cama de tu perro y de repente te lo encuentras panza arriba, con la cabeza girada de una manera imposible y con las patas al aire como si estuviera animando al personal en una fiesta y… ¡está dormido! Es más, se está echando un sueño y a pierna suelta. Su cara es de estar en la gloria bendita ?.
Se conoce que los perros ocultan un secreto: mientras duermen se convierten en... ¡expertos contorsionistas! Como lo oyes. De lo contrario no se entiende que esas posturas, que están muy lejos de la comodidad, les proporcione un descanso tan relajado. Seguro que el común de los mortales acaba en el fisioterapeuta si nos diera por imitarlos. Aquí están las pruebas:
1. No puedo con mi vida
Este golden tiene taaanto sueño que se olvidó medio cuerpo fuera del sofá. Parece que con reposar solo parte de su cuerpo logra dormir a 'pata' suelta. ¡Qué envidia!
2. Las escaleras eliminan los problemas de espalda
El tremendo sopor que sentía este galgo le impidió llegar hasta su cama. En mitad de la escalera encontró su rincón idóneo: panza arriba, espatarrado y con el cuello torcido para encajar en ese rincón. Claramente cómodo.
3. Dos por uno: estiramiento facial mientras duermes
Este perro vio factible echarse una cabezada en ese ‘roallilo’ tras la taza del váter y de camino se hacía un estiramiento facial. ¡Casi no se le ven los ojos! ?
4. El breaking dance
Coges las patas traseras y las pones encima de tu cabeza. Giras tu cuerpo casi al completo, las patas delanteras... ¡pero ni con instrucciones se logra esto! ¿Cómo demonios puede dormir así un perro? ?
5. Hermano, para ti el cojín
Cuando estás realmente cansando, nada importa a la hora de dormir. Este grandullón tiene pinta de que se ha ido deslizando por el sofá hasta caer de tal guisa en el suelo. Eso o su hermano perro le ha dado un empujoncito... sí, sí, mira su cara desde el reino del sofá... ?
6. Postura de yoga del perro hacia arriba (y apretado)
Los cachorros son adorables hasta durmiendo (y también un poco locos). Mira que habría sitio en todo el sillón del coche, pues este pequeño se quedó frito en ese rincón. Y casualidades o no de la vida, hasta imita una postura de yoga. Cual lobo aullando.
7. ¡Dejadme salir!
Si fuera por este cachorro ponía su culo pomposo a medio centímetro de la estufa. Tanto fresquito tenía este perro que en su intento de alcanzar la estufa se durmió apoyado en la jaula, ¡ay!
Apuesto lo que sea a que tu perro también te ha dejado algunas de estas estampas o… ¡incluso peores! Además de lo graciosos que resultan, confesémoslo: nos da cierta envidia esa capacidad de dormir dónde sea y cómo sea. Por ellos no pasan los años ni para esta capacidad de dormir.
¡Feliz día! ?
Escrito por: Lola Duarte, periodista especializada en comportamiento canino y legislación animal.
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