Si tienes un gato en casa sabrás perfectamente que uno de los principales problemas asociados a la convivencia con él es el de los rasguños en los muebles, específicamente en los sillones. A veces nos gastamos auténticas fortunas en este elemento de la casa y lo último que queremos es que aparezcan destrozados en las primeras semanas debido a la acción de tu gato de arañar el sofá .
Por eso en Wamiz queremos ofrecerte cinco consejos para evitar que esto suceda -relacionados con el comportamiento de los gatos - y, por qué no, para que, de paso, mejores la relación con tu gatito.
¿Tu gato rasguña el sofá?: consejos para que deje de hacerlo
1. Las uñas de tu gato deben estar siempre cortadas
Las uñas son el principal arma de defensa con el que cuenta nuestro amigo, por eso crecen hasta el punto de convertirse en auténticos aguijones. Por lo tanto, no es conveniente descuidar esta faceta si no queremos tener un disgusto. Hay gatos que no protestan demasiado cuando se someten a su sesión de manicura, pero sin embargo hay otros que se estresan mucho.
Paso a paso para cortarle las uñas a mi gato (y deje de arañar el sillón)
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Intenta aprovechar un momento en el que esté tranquilo, si puede ser cuando se echa sobre tus piernas en el sillón, qué mejor.
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Acarícialo en todo momento y empieza por cortarle solo las puntas para que no rasguñen demasiado.
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Si con el paso de las sesiones va siendo cada vez más permisivo, prueba cortando un poquito más, pero sin llegar al hiponiquio (borde libre de la uña), que es donde tiene la carne.
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Si te pasas, lo notarás porque nuestro gatito se quejará y te lo dejará saber. De esta manera conseguiremos que sus uñas sean menos eficaces a la hora de rascar nuestro sofá.
Las patas de un gato
2. Alfombras y tapetes para gato: antídoto para rasguños
Al contrario de lo que muchos puedan pensar, los gatos no rasguñan los muebles para afilarse las uñas, sino que lo hacen para marcar su territorio por medio de unas glándulas que tienen situadas justo debajo de las almohadillas de sus patas y también por las señales que dejan los rasguños.
Por tanto, tienen una tendencia natural hacia esta práctica. Existen tapetes y alfombras que son muy adecuadas para que nuestros gatos se estiren en ellas y las rasguen todo lo que quieran, ya que su diseño impide que se perciban los desperfectos. Una gran opción es esta alfombra de petatillo, en la que tu gato se podrá estirar todo lo que quiera y nunca se verá deteriorada.
Siempre que le veas haciéndolo, prémialo con una caricia y unos cuantos cariñitos, poco a poco verás cómo va olvidándose de tu preciado sillón. ¡Lánzate al centro comercial y escoge la que más te guste!
Un gato caminando sobre su tapete
3. Los rascadores para gatos
Sí, ya sabemos que seguro le compraste varios rascadores a tu gato y que no le importaron en lo más mínimo. Somos conscientes. Sin embargo, probarlos no es una mala opción, ya que hay gatos que sí suelen interactuar mucho con ellos. Los hay de muchos formatos. Están los más comunes, de cuerda y tela, aunque desde la redacción de Wamiz queremos recomendarte estos rascadores de cartón, que son mucho más ligeros y baratos.
Además suelen venir con una bolsita de catnip, que sirve como reclamo muy eficaz para los felinos, que se sienten muy atraídos por ello. Bastará con que esparzamos un poco sobre el rascador para que nuestro gato comience a sentir interés por su nuevo juguete. Puedes encontrarlos en cualquier tienda de animales o en internet.
Rascador para gatos
4. Funda de sillón contra gatos
Si has llegado hasta este punto y tu gato no deja de arañar tu sillón, queremos ofrecerte una alternativa que, si bien no solucionará el problema radicalmente, puede hacer que vivas algo más tranquilo. Actualmente en las tiendas de muebles puedes encontrar un gran número de fundas para sillón, que lo mantendrán con buena imagen y que al mismo tiempo pueden ayudarte con tu problema. Intenta escoger una a la que no se deshilache fácilmente.
Si el gato comprueba que le resulta difícil engancharse, poco a poco irá pensando en otro lugar en el que desestresarse y es precisamente ahí donde podría entrar en juego la alfombra que te mencionamos antes. ¡Eres mucho más listo que él! Quién sabe, quizá dentro de algún tiempo puedas quitarle la funda al sillón y tu gato ni se acordará de que durante semanas fue su propio parque de diversiones.
5. No regañes a tu gato, quizá produzca el efecto contrario
Sabemos que es muy complicado no regañar al gato cuando le vemos rasguñando los muebles. Sin embargo, tenemos que ser fuertes. El estrés suele ser el causante de esta conducta, por eso un castigo excesivo podría estresar aún más al animal, lo que crearía un círculo vicioso que solo contribuiría a hacer más grave el problema, llegado incluso a la agresividad en momentos puntuales.
Debemos corregir su comportamiento tomando al animal y poniéndolo en el lugar donde esté su rascador. Estimúlalo con caricias y premia su buen comportamiento con palabras cariñosas. Poco a poco entenderá que ese, y no otro, es el lugar adecuado.